Política y Religión
La Historia expone con claridad las terribles consecuencias de mezclar (mezclar es alterar el orden de algo revolviéndolo) para gobernar, estas distintas  filosofías del  poder.
Igualmente quiero dejar claro que no tengo la menor duda que enfrentaría con igual determinación la tarea de combatir un régimen Teocrático que una dictadura militar o civil.
La terrible experiencia de nuestro País, desde la vanguardia de la clase obrera en oposición contra el madiraje Dictadura – Iglesia: donde el  Nacional – Catolicismo recibía al dictador bajo palio, a la entrada de los templos con el saludo fascista. En correspondencia la dictadura reservaba un asiento en las Cortes franquistas a los jerarcas de la Iglesia Católica escogidos directamente por el Caudillo (obispos – arzobispos y cardenales). Si unimos la política – definida como la participación ciudadana, que  posee la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para promover el bien común. Y la religión – actividad humana sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural. Asistiremos a las consecuencias indeseadas de un gobierno político- religioso.
Donde lo nefasto de esa coexistencia- coincidencia, en el gobierno de los ciudadanos, se manifiesta
descaradamente a trabes de los tiempos: desde la influencia del hechicero a la sombra del jefe tribal para someter al colectivo; las conquistas y descubrimientos de nuevos territorios, anexionados y expoliados por hombres armados, que imbuidos por la religión, ofrecían a los nativos del lugar condenados a muerte la posibilidad de salvar su alma mediante el bautismo antes de ser ejecutados; la muerte en hogueras públicas de los convictos  acusados por los tribunales de la Inquisición de herejes, blasfemos o poseídos por el demonio; las lapidaciones, mutilaciones, azotes, por aplicación de la Sharía (código de conducta) basado en el Islam y ejecutado desde el poder por el fundamentalismo religioso; el enfrentamiento fraticida entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte; la expulsión a sangre y fuego de cientos de miles de hombres y mujeres de la tierra prometida; finalizar este pequeño muestrario con una breve alusión a la situación político- religioso de España.
Un Gobierno que ignora la Constitución del 78 en lo referente a la declaración de Estado aconfesional, en sus  pronunciamientos, actuaciones y propuestas de sus integrantes: el ministro de Educación impone  la religión (Católica) equiparándola con las asignaturas de ciencias y letras en las escuelas publicas; el de Interior  cree en las apariciones divinas; en la cartera de empleo Fátima Bañe miembro del Ejecutivo se encomienda a la Virgen del Rocío para solucionar el paro; y destacar al ministro de  justicia como  el mas atento al dictado de la Conferencia Episcopal, para satisfacer sus demandas, con absoluta preferencia en CONCULCAR lo que al derecho de aborto corresponde y al matrimonio homosexual.
El recorrido anterior sobre las  consecuencias de mezclar política y religión nos obliga a un pequeño análisis de lo sucedido en Egipto: antes de nada mi repulsa al golpe de Estado de los militares con la clara exigencia que los primeros en salir de la política tienen que ser los funcionarios del ejercito, que no solo amenazan al partido en el poder, también a la Democracia. Decir que Egipto no tiene solo una transición política, igualmente  esta pendiente de una revolución social que puede durar décadas.
Un año de mandato de Mohamed  Morsi sin incidencia en la grave situación económica y social que atraviesan los egipcios, centrado en utilizar la política como correa de subordinación y sometimiento frente a la religión, con especial atención y acatamiento de las consignas de Mohamed Badil (guía supremo de los Hermanos Musulmanes) por el presidente Morsi.
El férreo control de las instituciones del gobierno, (por el partido en el poder)  principalmente del poder judicial y de la cultura y el paso adelante de la Sharía en la Constitución Egipcia, fueron las alarmas que motivaron una creciente ola de resistencia popular, laica y del Islam moderado que vio traicionado los objetivos de Tahrir
No podemos permitir que las religiones aupadas al poder político y mezcladas con los gobiernos intenten imponer su verdad absoluta .No es gratuito decir que la dejadez o la incapacidad política de las democracias para crear y fomentar los derechos sociales, económicos y laborales, son utilizados por las distintas Cofradías para impartir la caridad que es la base de su poder entre los desfavorecidos.
No  consentir que se utilice el poder político, económico o social de las distintas Iglesias   
 Para imponer su Credo al resto de la sociedad.
A.C.G.
                           




1 comentario:

  1. Siempre mi amigo, las religiones han estado vinculadas al poder, han sido desde los hechiceros hasta los talibanes los que le han dado filosofía vulgar al poder. Ahora sustituyen el conocimiento por las fundamentalísmo, es mucho más cómodo y como decía G. SOREL : Comprar un hombre es menos caro que persuadírlo de que renuncie a sus ideas, y además parece más seguro.

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