Al
parecer y según dicen algunos neurólogos, recordar es como meter aire fresco en
las neuronas que a ciertas edades se van deteriorando y no hay que dejarlas
mortecinas, debemos y tenemos la obligación de recordar, pero no solamente de
lo que nos venga a la memoria, sino forzarla a rebuscar los escondrijos del
pasado, que por lo menos sirva de referencia del presente, pero no quiere decir
necesariamente que se imponga el pasado, aunque haya ido bien históricamente.
El
pasado y su estudio en la actualidad, sólo sirve para hacer hincapié de que
algunas cosas pasadas no se repitan y ese aire fresco surta el efecto del freno
al deterioro y tengamos los mínimos recortes en la calidad de vida que deben
empezar por la buena salud del pensamiento y no recortarle nada a los recuerdos
que ya bastante lo hacen los neo liberales que nos gobiernan.
Cuando
uno era joven, en tu familia y algunos
de los maestros que ayudaron a tu educación, enseñándole a leer, lo que fuese, pero a leer.
Libros había pocos y esos pocos muy deteriorados por el trasiego vecinal y
familiar, en cuyo seno tener un libro , si sobre todo era de historia, daba
motivos para iniciar lo que hoy se denomina, “debate” , pero en aquellos
tiempos una sobremesa sobre todo en la mediocridad de la cena, que faltaba de
todo, hasta los alimentos más necesarios para estar decentemente nutridos, pero
era lo que había y el cuerpo tenía una gran capacidad de aguante, no sólo
alimenticio, sino también espiritual, pero en el buen sentido de la palabra,
donde la ética, la educación y la cultura, en una familia de pensamiento
republicano eran las palabras que esculpían mentalmente el futuro, incierto,
muy incierto, pero había que refundarlo y no dejar tirada en el claro oscuro de
la vida las enseñanzas que debían
acompañar nos en el devenir del futuro.
Siempre
la lectura ha construido personas más libres y dar pié al conocimiento de otras
sociedades y de otras magnitudes culturales, educativas y económicas. Si el desarrollo de todo esto
coincidía en las orillas de las ciudades, donde el trasiego del conocimiento
era un aspecto más en la búsqueda de
nuevos pensamientos ideológicos que nada o poco tenían que ver con la vivencia
diaria convertida en víctima por el propio poder, freno fundamental para que
otro aire no contaminado soplara por el conjunto de la sociedad, intentando
cambiar el rumbo al que unos “iluminados” y para su propio beneficio, o aparentar
que lo hacen en nombre de, o en el de guiar tus pasos, porque hacen el teórico
esfuerzo de administrar en tu nombre y además te lo cuentan para que te lo
creas.
Entonces
es donde y cuando aparece la cultura, capaz de hacerte pensar y dilucidad que
las sociedades, tus familiares, tus amigos, tus vecinos, etc. deben tener mejor
vida cotidiana y no dejarse embaucar por los cantos de sirena. Hay que
transformar la realidad actual, que está en manos de los poderosos oligarcas y
terratenientes, que sólo saben acumular riquezas y como consecuencia de ello,
poder., aunque en base a las luchas que débilmente planteamos los ciudadanos,
nos van entregando migajas económicas y sociales, hasta que un grupo de grandes
iluminados comentan entre ellos: ¿Hasta cuando vamos a dejar que se hagan ricos
como nosotros? Y es el momento de retrotraer esas migajas a su comienzo. Pero
la sociedad en esos momentos ya es algo culta, no con la amplitud necesaria
como para parar esa marcha atrás en el desarrollo de la mejora del nivel de
vida de la sociedad, en todos los sentidos.
MANUEL RUIZ BENITEZ
Me parecen excelentes estas reflexiones porque demuestran que la sociedad tiene que ser culta si quiere ser libre. Y para eso, como explica Manolo Ruiz, no se necesitan más riquezas que las espirituales. Hay que insistir en que la inteligencia es lo único de lo que nos podemos valer para defendernos de los abusos del capitalismo. Enhorabuena, un abrazo.
ResponderEliminarQuizás algunos no han olvidado que para tener conocimiento se debe aprender de la historia. Se aprende de los errores y de las evidencias que tanto le gustan a Cirano. Pero creo que la cosa comienza a tomar otros derroteros, la tiranía de los neoliberales y los restos del fascismo, requiere otra actitud, más dinámica y comprometida que asuste de verdad a las lacras de este mundo que pronto dejaremos y olvidaremos. Será precisa la ciencia, los medios como comunicarnos y ponernos en marcha, y la ausencia de miedos porque nada tenemos y nada perdemos.
ResponderEliminarO quizás se pueda aprovechar algo del tardo marxismo y el pensamiento débil, quizás.