¿Y si la renovación de la sociedad fuera esto?
Quizás unas gotas de esperanza sea bueno para participar más y ayudar al cambio
de este país nuestro que por tan mal camino va.
Quiero significar que no hay mal que cien años
dure, y este ciclo parece que es tan caótico que acabara por si solo, motivos
no faltan. Corrupción política, económica, moral y social nos empujaran a tomar
conciencia de que no puede seguir así y que tenemos que modificarlo. ¿Quién?
Nada nos regalaran, solo nosotros con nuestra participación conseguiremos
alejar los corruptos del poder.
Quizás a nosotros que somos de otro siglo, podamos
ser la punta de lanza del empuje para la renovación, nosotros que ya no
disponemos de un futuro y que vivimos la cotidianidad como único elemento de
supervivencia, seamos capaces de entregar nuestros últimos hálitos resabiados
en levantar una indignación en la población de nuestro país, que sirva como
elemento de unión y cohesión para sacar al fin de nuestro mundo, a los pillos y
malandrines que se han quedado como referente de toda la sociedad.
Somos muchos y muy versados en superar dificultades
de mayor calado, no van a asustarnos unos pillos ignorantes, zafios y vulgares
que solo saben robar torpemente y actuar
como advenedizos en un mundo que merece vivirse con alegría y en compañía de toda la sociedad.
Nuestros representantes políticos deberán ser
modelo de honestidad y de entrega, usando el poder emanado de las urnas con la
profesionalidad que se les solicita y con la sabiduría que tiene un pueblo con
muchos siglos de historia.
¿El como y cuando hacerlo? Se sentirá cuando usemos
el único poder de que disponemos, las urnas. Y el sentido ético saldrá de
nuestras entendederas de forma espontánea. Solo tenemos que continuar
empujando, no cayendo en el derrotismo y en repartir descrédito para todos, eso
ya lo hacen ellos. Mantendremos la denuncia y la participación de las opiniones
de todos, como refuerzo para el convencimiento de que es posible conseguir la
revolución de nuestro país.
INDALESIO Feb. 2013
Está bien estructurado el artículo amigo Indalesio, pero existe una duda que a veces empaña mi mente ¿ cuantas víctimas están dejando por el camino y no sólo son suicidios ? MARUBEN
ResponderEliminarBROTES VERDES
ResponderEliminarPara INDALESIO
Quiero significar que no hay mal que cien años dure, y este ciclo parece que es tan caótico que acabara por si solo (Sí, pero cuando y como, los dos factores son interdependientes; quiero decir que cuanto más se tarde más violento será el como) motivos no faltan. Corrupción política, económica, moral y social (y una cultura que hasta ahora nos permitía aceptar todo esto como normal, mientras no nos afectara de forma directa) nos empujaran a tomar conciencia de que no puede seguir así(conciencia ya tenemos, lo que falta es pasar a la acción, ponerle el cascabel al gato. Sí pero cuando y quienes considerando las fuerzas de cada cual) y que tenemos que modificarlo. ¿Quién?
Quizás a nosotros que somos de otro siglo (lo que somos es “mayores”, decepcionados y con la chequera de las ilusiones y las fuerzas sin apenas saldo) podamos ser la punta de lanza(entra tú que a mi me da la risa) del empuje para la renovación, nosotros que ya no disponemos de un futuro y que vivimos la cotidianidad como único elemento de supervivencia (sí que disponemos de un futuro; lo que pasa es que presumiblemente, ese futuro es mucho más corto que el pasado y que, repito, nos pilla “gastados”, reconozcámoslo: ya no somos los que éramos y, en cuanto a la cotidianidad, pienso que no es un asunto de supervivencia, sino de “vivencia”, solo tenemos el aquí y el ahora … y así ha sido siempre, solo que ahora lo vemos más claro porque el tiempo se nos ha echado encima con una velocidad despiadada), seamos capaces de entregar nuestros últimos hálitos resabiados en levantar una indignación en la población de nuestro país, que sirva como elemento de unión y cohesión para sacar al fin de nuestro mundo, a los pillos y malandrines que se han quedado como referente de toda la sociedad (han sido referente para muchos –los otros éramos los “pringaos”-, pero, repito, las cosas ya no van tan bien y esos muchos para los que los corruptos y sinvergüenzas eran el modelo a seguir y que, ocultamente o no, aspiraban a lo mismo, ya van desertando porque ven que se ha acabado el pastel y el futuro no permite tener esperanza en la pervivencia del modelo)
.. no van a asustarnos unos pillos ignorantes, zafios y vulgares que solo saben robar torpemente (esos muchos que somos, los hemos dejado hacer lo que hacían mientras la cosa no fue con nosotros, no nos afectaba en exceso, era como vivir en una Arcadia corrupta, pero feliz, o, al menos apacible)
Nuestros representantes políticos deberán (deberían) ser modelo de honestidad y de entrega, usando el poder emanado de las urnas con la profesionalidad que se les solicita y con la sabiduría que tiene un pueblo con muchos siglos de historia ( decía cínicamente un tipo, al que todos conocéis, y que se autoproclamaba socialista, aunque solo es un pobre payaso: ¿para qué sirve el poder si no es para abusar de él?. Este por lo menos lo proclamaba públicamente y lo hacía sin el menor pudor (el pudor está sobrevalorado), quizás porque además de cínico, o lúcido, vaya usted a saber. Se sentía graciosillo y provocador. De estos hay una legión, solo que proclaman amor a la ciudadanía, todo por los ciudadanos, entreguémonos a ella …o el pueblo unido jamás será vencido.
¡ Son tantos los falsos eslóganes y los falsos profetas que hay que andarse con mucho cuidado ¡
¿El como y cuando hacerlo?(para mi, añadiendo quienes si los hubiera. esta es la clave) Se sentirá cuando usemos el único poder de que disponemos, las urnas (no te olvides de la auténtica fuerza moral ni de la calle; ni tampoco de algún tipo de acción ”contundente” porque esta gente esta actuando con auténtica violencia y, sabido es que la violencia genera más violencia). ..en repartir descrédito para todos, eso ya lo hacen ellos (cierto, y con tremenda eficacia). Mantendremos la denuncia y la participación de las opiniones de todos, como refuerzo para el convencimiento de que es posible conseguir la revolución (esta, creo yo, que es otra de las claves. El problema es ¿Qué tipo de revolución?) de nuestro país.
En la historia reciente el acontecimiento más importante es la desaparición de la URSS que durante medio siglo condicionó un capitalismo a la defensiva, cohibido y condescendiente con la clase trabajadora a la que necesitaba tener de su parte. Sin oponentes militares que le obliguen a concentrar esfuerzos en defensa, sin contrapeso ideológico, el capitalismo se hace individualista y depredador, incluso de sus propias recursos. Vuelve a primar la avaricia como el instinto evolutivo que dio lugar a las concentraciones iniciales de capital sin, ni siquiera, la contención moral derivada del cristianismo, más protestante que católico. La falta de dirección ideológica donde lo que importa son los beneficios, puede propiciar luchas mercantiles que podrían deteriorar el sistema a la larga, pero que no suponen ni amenaza al capitalismo, ni esperanza para las víctima de la crisis a corto o a medio plazo. La sociedad frágil que ha creado la estafa (esto no es una crisis, esto es una estafa decía JJ. Millás) en el espacio virtual del capitalismo financiero necesitaría, o apoyo exterior para reconquistar los derechos que está perdiendo, apoyo con el que no cuenta ni se le espera, o una sociedad concienciada. El pueblo ha estado desarmado durante lo que se ha llamado el estado del bienestar, las armas, tanto físicas como ideológicas, las exhibió la URSS a lo largo del siglo XX; pero sin soporte bélico se encuentra tan perdido como lo estuvo en la edad media, con el inconveniente de que ahora no son posibles las revoluciones. Ante fusiles que se cargaban por la boca las masas ideologizadas y en cierta medida más empapadas de cultura cívica que las actuales, podían acometer ataques suicidas con ciertas posibilidades de éxito, aún a cambio de grandes pérdidas; pero frente a armas automáticas, blindados y drones no tripulados es imposible cualquier intento revolucionario y eso está impreso en el inconsciente colectivo.
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