EL CUARTETO DE DUBAI





Recostados en divanes estilo Cleopatra tapizados en piel de camello, entre almohadones de pluma de ánade y forro de seda, cuatro inversores desconocidos del gran público, del pequeño público, de casi todos los dirigentes políticos y de las agencias tributarias del mundo entero, departían en torno a una fuente de Beluga abrigado en hielo y unas botellas deShipwerecked 1907 Heidsiock helado, tomado en copa tradicional, redonda, del tamaño de los pechos de la Pompadour, donde las burbujas fluyen con la sensualidad del roce de la piel que se evoca, en la terraza del piso ciento sesenta del edificio BurjDubai o Torre Jalifa.
 Esperaban la apertura de las bolsas europeas en cuya puja pensaban distraerse aquella mañana del verano del 2012. En el apartamento tenían instala una oficina con no más de doce expertos formados en Harvard o Cambridge, da lo mismo, pero duchos en los intríngulis de la subasta de deuda soberana de los países ribereños de Mediterráneo. Para hacer tiempo habían pedido las editoriales y los artículos de fondo de los principales diarios del mundo, no con afán de documentarse, sino para distraerse mientras llegaba la hora del trabajo.
El servicio de bar y otros menesteres lo atendía una tropilla de mujeres de movimientos ágiles, ligerísimas de ropa, que respondían a mensajes telepáticos expresados con las cejas o con la comisura de los labios. El que parecía de más edad era un árabe, llamado Ibrahim, ataviado con una chilaba de lino ribeteada con obeliscos de oro en las puñetas y un florido dibujo de pedrería en la pechera. Este buen hombre, petrolero de profesión, comentaba al artículo que el premio Nóbel de economía ofrecería aquella mañana en el New York Times.
- Se refieren a Keynes como si fuera el profeta por cuya intervención se les va a evaporar la deuda, hablan como si rezaran el Corán sin darse cuenta que la única liquidez monetaria, aparte de la venta de armas, se obtiene con el petróleo que hay que pagar a tocateja y con el cabotaje del paso del canal de Panamá que, además, hay que solventar en papel moneda.
- Mientras sigan especulando con las palabras dejan vía libre para que nosotros lo hagamos con los bonos, dijo Thani, un hindú tocado con dhoti de algodón, que apareció con un listado de las cotizaciones del día anterior. Por mi parte estoy dispuesto a batir el record.
- Hay que tener cuidado, contestó Peter, un yanqui que lucía una camisa de flores de colores llamativos, y no pasarse porque una intervención de Banco Central Europeo daría al traste con el filón de las subastas.
- Por eso no hay que preocuparse, dijo Dimitri, un ruso en bañador que se ganaba la vida exportando gas, ahí tenemos a Mario Traghidi Toti que lo tuve en nómina y todavía espera volver.
- La situación es muy sostenible como ellos dicen, contestó Thani, Grecia e Italia son apolíticas y están en nuestras manos; mientras sigamos depositando el porcentaje acordado en la cuenta debida, seguirán apretando al electorado. En España se hace más política y aunque hay quien está deseando entrar en el negocio, no hay que fiarse de Luis Sisar Delolindo que es de la cuerda de Lheman y esos la jodieron.
- Lo que ahora pasa en Europa es la escenificación de las antiguas guerras de religión: la seriedad de los protestantes del norte frente a las vías fáciles de salvación de los del sur, comentó Peter saboreando las burbujas picantes de champán, si Hitler hubiera entendido esto no se hubiera metido con Moscú y la UE sería la Prusia moderna. No es cuestión de ideología es cosa de fundamentos.
- De todas maneras, contestó Dimitri agarrado al muslo de una azafata, yo prefiero gobiernos socialdemócratas porque predican estar comprometidos con el pueblo y hasta se lo creen, su negocio es la política. El peligro de los tecnócratas es la cobardía, cuando ven la cosa jodida se largan con las ganancias.
En esta placentera charla estaban cuando un parpadeo de la pantalla advirtió que abrían las primeras bolsas en Europa. Ibrahim se puso en pie, elevó la copa en señal de salida y gritó: ¡A por todas! ¡A por todas! Repitieron a coro sus compinches. Al llegar a los seiscientos hay que dar un respiro murmuró al experto que les atendía, un respiro y otro empujón contestó Thani.

CIRANO   Sept. 2012

2 comentarios:

  1. Manuel Ruiz Benitez13 sept 2012, 20:40:00

    Cirano, lo has explicado tan bien, que después de su lectura, me he puesto a cenar, un poco de ensalada, yogur desgrasado y un vasíto de gaseosa, para eructar y expulsar los efluvios de la mala leche acumulado durante el día. Ahora es cuando he entrado en la realidad, lo anterior era una visión novelada de una realidad que también existe, pero que sale fuera de nuestras apetencias. Lo que realmente pe apetece es que se vayan de este país, el gobierno que nos está hundiendo en la mas tristes de las miserias económicas y políticas. Vamos a seguir intentando unirnos para conseguirlos. MANOLO RUIZ BENITEZ

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  2. Recuerdo cuando iniciamos la vida democratica después de la muerte del dictador, que se comenzo
    a pedir o mejor exigir impuestos. Bueno era para comenzar los acuerdos de participación de todos los ciudadanos, ya entonces existían poderosos sin escrupulos que no hacian participe a nadie, y como nadie les exigio nada, pues se apalancaron
    en los beneficios sin medidas, que a lo más que nos condujo fue a las primeras situaciones económicas con dificultades. Siempre se dijo que el no haber una revolución burguesa en nuestro pais nos pasaría factura, y así ha sido y de las severas. Los personajes de Cirano me recuerdan esos paisanos nuevos ricos, que no tienen alma y que solo entienden el comportamiento fuera de tiempo y lugar. sic

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