Si algún concepto esta bien enraizado en nuestras vidas son los contrarios, siempre que planteamos vida, se nos ocurre la muerte. Si es guapo nos viene a la mente la fealdad, o bien, toda derecha y conservadora tiene una izquierda y progresista.
Pero pensándolo bien estos conceptos de contrarios debe tener algunos limites y en especial en el campo de las políticas. ¿Cómo y quién define que son las derechas o las izquierdas? ¿Hasta donde algunas políticas son de derechas o conservadoras, o su contrario? El concepto en si no viene definido, lo definimos nosotros manifestando que es lo que nos parece. Tampoco este criterio es correcto solo, se puede aplicar en los márgenes de los conceptos, es decir cuando se encuentra muy cerca del cuerpo ideológico contrario. Así podemos decir que la política financiera de nuestros gobiernos es muy parecida porque esta impuesta desde fuera y gestionada por los tecnócratas, y sus potenciales sufridores somos todos los ciudadanos.
Pero en criterios donde la marginalidad no existe, por ejemplo la condena del Juez Garzón, esta claro. Si, ¿porqué? Porque ha sido condenado por no preservar el derecho de defensa, según sus compañeros y eso es evidente para su caso pero no para los demás. ¿Cómo? Si que ese derecho con relativa facilidad y asiduidad se conculca, pero no en el caso del Juez Garzón, porque el es un juez especial, que quiere modificar parte de nuestra historia.
La diferencia de criterio esta muy alejada y su visión del tema nos diferencia a las izquierdas de las derechas, aunque tiene poco interés, porque la justicia que esta creada por nosotros para que los ciudadanos podamos ponernos de acuerdo, se toma sus criterios muy en serio y los nuestros los desprecia, es un poder como los jinetes de la Apocalipsis. Además las distancias en estos temas los marcan ellos y aquí todo el mundo debe estar de acuerdo (me afectó mucho la bronca de la portavoz del poder judicial) por lo cual borran los márgenes de las discrepancias y nos piden que ratifiquemos su sentencia fuera de la realidad, y marcadas por un poder anciano y ominoso lejos de la humanidad deseada.
INDALESIO Febrero 2012
Como todos los sistemas en las que pueden estar inmersos las sociedades que aspiran en su conjunto a vivir mejor son imperfectas, la democrática como parte de este abanico de posibilidades, también es imperfecta. Si la miramos desde el punto de vista de los manuales políticos, el tema pinta como en un edén donde aparentemente se llega a la perfección, pero en la praxis, la variación es tremenda. Donde el hombre mete la mano, nunca mejor dicho, si nos referimos a nuestro país, todo lo distorciona o lo hace para la mejora de él y sus circunstancias, que son los que se desenvuelven en su medio o lo han catapultado al poder, y como se sienten avalados por los votos de sus conciudadanos, se tapan con un escudo aparentemente democrático, pero con sus imperfecciones. Vamos al grano. El P.P. no llegó a presentarse con un programa concreto, aunque sí hubo declaraciones de principios que negaban realizar ciertos actuaciones políticas que dañaban a los trabajadores fundamentalmente, como es la reforma laboral de una profundidad que ronda la inconstitucionalidad o la subida de impuestos del IRPF para los que tiene una nómina. Todo esto se lo han vuelto a echar en la mochila y toman otro tipo de determinaciones. La demagogia política como elemento del escudo les hace querer hacernos comulgar con ruedas de molino y toman como base que los han votado para que lo hagan. El obtener en las urnas mayoría absoluta no les dá el absolutismo. Es una imperfección de la democracia.
ResponderEliminarFino andas Indalesio, pero no rematas. Los conceptos en demasia se acercan y cuando son criterios políticos más, porque el marcaje y la ausencia de ideología es maneda de cambio. Solo son inamovibles de estos criterios el subvertir algunas criterios fascistoides, como es el remover en la memoria historica, nunca lo permitiran. Para lo demás siempre tendran oportunidad de negociar para intereses plurales o mejor únicos.
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