ELOGIO DE LA ESTILOGRÁFICA


Antes, un intelectual era un hombre más bien maduro, de sienes plateadas y barbas revueltas, vestido con chaqueta de punto y pantalón con culera, sentado a la mesa camilla leyendo o escribiendo con una pipa en la boca. Ahora es imprescindible situarse frente al ordenador sin fumar, en mangas de camisa con auriculares pegados a las orejas. Lo que piensan también es distinto; si el primero filosofaba este descarga archivos para elaborar informes técnicos. El interés por la ciencia es hoy de orden secundario, no se buscan fundamentos sino efectos, no interesa conocer las bases sino obtener resultados. De lo sea, pero que se puedan aplicar a un juego, a una máquina o a un programa de inversión. Todo eso a gran velocidad, sin dar tiempo a la reflexión. Unos datos llevan a otros, todo se encadena en una secuencia que decide el propio ordenador.
Sería absurdo lamentar lo que no va a volver a ser, por ejemplo, el placer de manejar la pluma estilográfica. Ya fue un invento este artilugio que permitió escribir sin borrones y sin mancharse los dedos de tinta. No había que mojar, ni secar el plumín antes de acercarse al papel. Cuando se perfeccionaron con cargadores automáticos los bolígrafos empezaron a hacerle la competencia. Me mantengo fiel a la pluma por encarnar la elegancia frente a la vulgaridad del boli. Se ha perdido el gesto formal de sacar la pluma del bolsillo de la chaqueta, desenrollar el capuchón y estampar la firma en un documento como si su importancia dependiera del sonido del plumín de oro al arañar el papel. Apretar la pluma contra el pecho a través de la ropa servía para conservar la seguridad: mientras esté ahí, erecta, esperando actuar (en standby se diría ahora) mantendremos el tipo; eso puede significar la medida de lo que somos. Loor a la pluma robusta de nuestra juventud.

CIRANO

4 comentarios:

  1. !Viejo verde, añorando lo antiguo¡donde vas con esos pelos. Veras, yo que conozco el mundo de las letras se que se necesita agilidad para hacer que las palabras fluyan y a veces la pluma es lenta, araña y se engancha. Tendrias que buscar un plumin de punto gordo que te permita pensar en lo tuyo y no en el papel. ¿porque el miedo a lo nuevo? es mucho más gratificante, más humedo y más humano, no lo dudes cambia, porque si algo te va bien busca algo que te vaya mejor, siempre... viejo verde.

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  2. Así Cirano que hemos pasado de la lucecita del pardo y de los dichosos curas a la alabanza de la estilográfica!!. Permíteme decirte amigo que la estilográfica ya va siendo cosa de coleccionistas y … en cuanto a lo de mantenerla erecta pués tendrás que ir pensando en otra cosa. En este caso diría más bién que se trata de una cantaleta sexagenal , aunque, sabes? Hoy en el periódico veo algo que me recuerda en cierta medida a ti: la foto de Griñán, Alfonso Guerra, Felipe González y Rubalcaba juntos en Andalucía y pienso : Un Psoe que viaja sin retorno al pasado…

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  3. De coleccionistas o no, te diré Cande, que sigo manejando la estilográfica con soltura porque me resulta agradable deslizar el plumín por la piel lisa del papel, acariciando la idea a medida que se dibuja como si fuera el alma que se materializa. De lo demás no entiendo, es la estética lo que seduce y el gesto lo que confirma. Las Meninas aunque antiguas y coleccionadas siguen siendo una obra de arte. "Lo que no he podido dejar de sentir -le diría Cervantes a Avellaneda- es que me note de viejo, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo".

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  4. Cirano dice verdades a medias, yo le he visto escribir de bata blanca e impecable figura con un bolígrafo de propaganda de Viagra. De la erección del bolígrafo nunca se puso duda.

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