COMPONENDAS

Hay cosas que se arreglan por las buenas y otras que se tienen que solucionar por las malas. Uno de los vicios de la política consiste en hacer componendas con lo que necesita un tratamiento radical, es decir,quitar importancia a cuestiones graves como hacía aquel abogado que defendía un caso de asesinato aduciendo que solo había sido un “tirillo de na”. El que sea la especie profesional peor valorada por la población les tiene sin cuidado, las Cajas que deberían ser modelo de honradez porque participan todos los representantes del pueblo han resultado ser el caladero donde pescaban con malas artes los políticos. La derecha es especialista en desactivar lo serio con camuflajes lingüísticos. La mayor confusión la padece con el término libertad. En aras de la libertad ha defendido la urbanización libre del territorio del que resultó la burbuja inmobiliaria, se ha opuesto a la asignatura de la educación para la ciudadanía, se empeña en privatizar la sanidad para que todo el mundo pueda elegir la clínica y el médico que más le guste, quiere vender lo poco de patrimonio que le queda al Estado y profesa amor entrañable a los mercados cuanto más turbios mejor. Pero no conceden el mismo derecho al que quiera usar el preservativo, abortar o investigar con células madres germinales.

El instinto sexual está animado por la necesidad de supervivencia, depura el interés por asegurar una descendencia próspera. Insta a elegir la pareja que garantice la mejor prole posible. La fuerza, la belleza, la inteligencia son atractivos destinados a seducir que, en definitiva, transmiten el mensaje inequívoco de si te unes a mí, tus hijos serán los mejores. La facilidad actual para conseguir alimento ha hecho que lo ideal haya sido sustituido por lo posible. El estado social asegura casa, comida, educación, sanidad y diversión sin necesidad de demostrar nada. La elección de pareja no es cuestión de supremacía, sino de suerte.

En política hace tiempo que tampoco se exige título de excelencia para acceder al poder. Los líderes y lideresas se ofrecen como partenaire ideal con el que asegurar una descendencia sana y prolija sin necesidad de tener que probar nada. La lucha por conseguir la hegemonía del grupo no es pública ni cruenta, puede que sea sucia y soterrada, pero carece de grandeza, se trata de componendas. Pero si la mayoría de la población es honrada y va de buena fe ¿por qué tenemos que soportarel desmadre de los políticos? ¿Es Rajoy el líder ideal de la manada? ¿El que garantiza una progenie (un futuro) más saludable? ¿Por qué nos obligan a elegir personajes mediocres, de sonrisa fingida, que no saben o no contestan lo que piensan hacer? Frente a este amaño de los partidos, a la sociedad no leva a quedar otro camino que arreglar las cosas por las malas.

CIRANO