Mi amigo y compañero G. siempre refería que la política es mala porque los instintos de los humanos tenían mucho de comportamiento animal. Y ponía el ejemplo del comportamiento de los cerdos en los comederos, los que más empujaban eran los que estaban detrás y querían ganar el lugar para comer, y los que estaban en primera fila resistían porque deseaban comer aún más.
Ese símil no me gustaba mucho e incluso me molestaba (y aún me sigue molestando) porque yo no me veía como un cerdo de segunda fila y era evidente que no había llegado a la primera fila del comedero. Además con los sacrificios que muchos pusimos, no me parecía estético asimilar dicha comparación con la realidad que veíamos en políticos de tanta catadura intelectual.
Con el paso de los años pudimos todos percibir que siendo humanos los que nos dirigían, a veces podían tener comportamientos animales. Bueno, lo aceptamos porque sabíamos que la Democracia no es la panacea universal, sino que siendo un sistema dinámico, había que luchar todos los días por mejorarlas, y que además es menos malo de los sistemas políticos.
Es verdad que en estos momentos en que tantas personas sufren para poder comer y vivir dignamente, los derroches y las diferencias entre los políticos y los ciudadanos son vergonzantes. Circula por la red un correo donde con cifras y nombres propios hacen notar las enormes diferencias entre los políticos y los ciudadanos, y lo diferente que son las normas aplicadas a unos y otros. Yo personalmente no siento inquietud y malestar ético por estos asuntos, me molesta y los denuncio en mi esfera de circunstancias, pero creo que es una forma de desacreditar tanto la democracia como a los políticos, y por lo tanto siento que el propio sistema ira corrigiendo esos errores y abusos.
Lo que realmente me trastorna y me produce contradicciones éticas, es que siendo una persona de izquierda tenga tantas dificultades para votar a los partidos de izquierdas. Puedo ser crítico, por eso escribo en elgarrotin, y enfrentarme a muchos postulados socialdemócratas, pero dar mi voto a unos personajes que abusan del poder y prevarican, o los que venden mi voto al mejor postor para que ellos puedan hacer carrera, me produce indignación y cabreo. Votar, sin dudarlo, ¿pero como resolver la contradicción de castigar a los de la primera fila del comedero? que ya están ahíto de tanto comer.
INDALESIO MARZO 2011
Aunque sea duro admitirlo,es verdad indalesio lo que dices, la primera verdad que debe asumir hoy un auténtico demócrata es que los partidos políticos son el principal obstáculo para la regeneración de la democracia y de la vida política.
ResponderEliminarDesde un punto de vista práctico reproduzco aquí unas palabras de Saramago:
"El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso conciente, muy conciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mi me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
La política es así mis queridos amigos, no intentar mejorarlas con preceptos morales, sino combatirla allí donde le duele. Mirala con ojos de curiosidad, no de respeto. Tratala como te trata a tí, con desprecio. Y dale el valor que tiene, comida para los cerdos,.. muy bueno amigo de indalesio.
ResponderEliminarEsa imagen de la piara de cerdos luchando por llegar a la pileta, desgraciadamente, refleja- habrá algunas excepciones- a la políticos, contemplados desde la corrupcion sobre todo. Y estoy contigo, Indalesio, en el dilema de ir a votar cumpliendo como ciudadano responsable. De la abstención se ríen. Nadie más hábil que los políticos para justificar proyectando hacia los otros las razones de las conductas, para no verse a sí mismos. Por otra parte mecanismo humano muy general, pero en ellos tiene relevantes y mayores consecuencias, claro.
ResponderEliminarPor eso apoyo el debate sobre el voto en blanco de Cande. Claro si los obispos y sus catervas no están empujando para acceder a la pileta... y con posible éxito. En ese caso, virgencita, que me quede...