De cuerpo rechoncho, cara redondeada, sus ojos “dos puñalaitas en un tomate” y una sonrisa espléndida y permanente, caía muy bien El B. Tenia el diagnostico de retraso mental medio, pero qué inteligencia social. Como nadie se tenía granjeado a la sor, al jefe de los celadores y era el informador mas cabal de las incidencias de la noche para él medico director. . Hasta sujetaba, cuando se lo pedían, para el electrochoque con habilidad
Claro, la información, sobre los demás. De él sabíamos sus devaneos de pícaro avezado: Olfateaba de lejos los nuevos y si tenían algún cuarto que sacarle. Maestro en alianzas con otros y protegido, ejercía un dominio manifiesto en la sala. A veces atemorizaba a otros.
Decíase que sus felaciones inducían el sueño como ningún potingue... pero gozaba de amplia tolerancia. Era una institución dentro de la Institucion. Qué gran inteligencia para sobrevivir en tal marasmo inextricable, un DIA tras otro, años y años. Es lo que había.
Por eso el padre estaba orgulloso de él.” Tenia unos huevos como el caballo de Espartero y eso venía de su parte; la enfermedad, ¡ qué va ¡ Y por eso lo llevaba a la playa, ¡¡ cómo hombre ¡!, para que viera a las essstranjeras casi en pelota.”
En Navidad el B. era el alma de la pastoral. Le colocaban su chaleco de piel de chivo, le entregaban la zambomba – decíase, igualmente, que tenia diaria práctica – y junto con unos cuantos y el borrego de Antonio, el celador, ¡ala!, A la calle, a socializarse... Y ellos se lo pasaban estupendamente. Para algún observador rozaban lo grotesco
Y llegó la Reforma psiquiatrica. Ni él, ni el padre querían el alta. Empezó a salir y a practicar sus habilidades. Era un pícaro maestro, también en la calle. Claro, los había con muchos más kilómetros en el hampa malagueña. Por ejemplo, tuvimos que restringirle las salidas porque lo vieron que todas las tardes posaba en una de las ventanas grandes, de reja, de una casa señorial de calle Nosquera. En la simétrica, un gran y lúbrico jarrón. Las ventanas eran un reclamo de una casa de lenocinio.
En otra ocasión acudimos a tiempo porque lo habían convencido de casarse con una extranjera para adquirir la nacionalidad española ella, etc., etc.
El agridulce se “ avinagra” un poco con la parte triste de las historia.. ; pero es lo que había.
Y ¿ tú, Poppernico, recuerdas algún gag de nuestro entrañable el B.?
Antes los "locos" estaban encerrados en los manicomios, todos reunidos, y eran conejillos para los procedimientos que existían, como los electroschoc o las sedaciones brutales. Yo conocí un autísta que después de muchos intentos de autolisis, y para evitar que se hiciera daños¿? se le sedo brutalmente y cuando fui a verlo tenia una ulcera en la parte posterior de su cabeza. Quizás sea mucho más humano que la sociedad los cuide, porque aquella psiquiatria era de otro mundo.
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