Con este título el día 22 de Noviembre de 1832 se estrenó en el Teatro Francais de Paris, una obra que aparentemente solo duró ese día en escena porque inmediatamente fue prohibida al calificársela de inmoral. Su autor era Víctor Hugo (Besanzón 1802-Paris 1885) poeta, dramaturgo y novelista romántico, así como político e intelectual comprometido e influyente de fuerte tendencia republicana. Hoy está considerado uno de los representantes más importantes de la lengua francesa, hecho que reconocieron sus conciudadanos al acudir a su entierro en número de dos millones de personas.
La obra estructurada en cinco actos nos presenta una monarquía absolutamente corrupta a cuyo frente sitúa a un monarca libertino e inmoral preocupado fundamentalmente por la seducción y conquista de todas las mujeres de las que se encapricha, aunque sean esposas o hijas de sus nobles, labor en la que es secundado y estimulado por su bufón Triboulet personaje de maravillosa definición escénica.
Aunque Víctor Hugo sitúa la escena en la corte de Francisco I (conocido por nosotros por sus enfrentamientos con Carlos I de España), es decir, tres siglos antes de su tiempo cuyo devenir autoritario parece haber concluido definitivamente con la revolución de 1830 en la que el país se dota de una Constitución Liberal con la que Luis Felipe I de Orleans, ya no es rey por derecho divino sino por voluntad de los franceses, la imagen satírica no parece convencer a los poderes instituidos que prohíben la obra de forma definitiva.
Esta prohibición fue llevada a los tribunales por el autor amparándose en que la nueva carta magna había abolido la censura, según explica en el extraordinario prefacio con que dota a la obra, pero lo único que logró fue aumentar enormemente su popularidad pues a la vista judicial acudió más público que al estreno teatral.
El desarrollo de la obra nos lleva al conflicto que se suscita entre el rey y su bufón, ya que aquel seduce a la hija de éste, que planea vengarse matando al rey, en el resultado de cuya conspiración acaba muerta la propia hija. En el colmo del cinismo real, el seductor se aleja de la escena cantando la famosa aria:” La mujer es movible / cual pluma al viento /Ay! del que en ella /fija su pensamiento”.
Pero esta aria no era famosa ni conocida en aquel momento. Empezó a serlo 20 años más tarde cuando Giuseppe Verdi (1813-1901) estrenó en el Teatro de la Fenice de Venecia su ópera “Rigoletto” con libreto de Francesco Maria Piave (1810-1876) en el que se sustituyó a Francisco I por el Duque de Mantua (ducado ya desaparecido en aquel momento) y a Triboulet por Rigoletto que ahora es un personaje verdiano. El éxito fue completo y al día siguiente todo el mundo cantaba “La donna e mobile/cual piuma al vento/muta de acento/e di pensiero”.
El gran éxito de Verdi es indudablemente el éxito de Víctor Hugo que se explica por la vigencia de su idea a través del devenir político pese a las transformaciones habidas en los sucesivos cambios sociales.
También con el mismo título de “El rey se divierte” se publicó en España en 1935 de la autoría de José Deleito y Piñuela, catedrático de la Universidad de Valencia depurado por el franquismo que le rehabilitó “solo para investigar pero sin poder dar clase”, un vivaz fresco que describe el reinado de Felipe IV, su figura en la intimidad con sus familiares, la vida palatina, las fiestas cortesanas y los viajes y los Sitios Reales. Con su muerte en 1665, “desmembrado el imperio, se cerró el más brillante y despilfarrador ciclo de fiestas y espectáculos cortesanos que España presenció jamás”.
LIBERTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario