La
primera referencia histórica que se tiene (al menos que yo conozca)
sobre corrupción en España es la respuesta chulesca que dio Gonzalo
Fernández de Córdoba, “el Gran Capitán” al rey Fernando el
Católico cuando éste le pidió cuentas de los gastos de la campaña
de Nápoles. Que se siga interpretando la malversación como una
gracia, mutatis mutandis, en escenarios democráticos que deberían
regirse por principios más rigurosos, refleja lo poco que ha
madurado este país. Admitir que una victoria electoral da derecho a
gastar lo que no se tiene sin dar explicaciones, revive la escena tan
visitada del “no sabe usted con quién está hablando”.
Hay
ladrones que roban por necesidad, quienes lo hacen por soberbia y los
que se endiosan cuando el botín los hace poderosos. La corrupción
política basada en el populismo es una deriva de la incultura de
sociedades pobres y acobardadas. En España viene siendo como el
ruido de fondo de las grandes ciudades que al hacerse familiar se
tolera mejor. Solo cuando desentona o deriva hacia el escándalo se
aprecia lo peligroso que es anestesiar las conciencias.
Cuando
la gente se regocija con el “picos, palas y azadones, tres
millones” de Gonzalo Fernández de Córdoba cree que se identifica
con el humilde frente al poderoso, justificando de camino que el robo
a las arcas públicas, lejos de ser una fechoría, es una bagatela e,
incluso, un mérito comparado con los abusos que el Estado comete
sobre los ciudadanos. Todavía es más grave que el robo a gran
escala esté bien visto por las clases altas que lamentan ser
descubiertas sin mancharse con el delito y que la masa se preocupe
más por la tramoya que por el argumento. Cuando empieza una nueva
precampaña la pregunta de rigor podría ser ¿hay alguna formación
política en España que pueda garantizar que acabará con la
corrupción?
CIRANO
Es consustancial la política con la corrupción, no es lo habitual.
ResponderEliminarY por lo que cuenta Cirano de largo viene. Pero el culpable es el capitalismo cuya bandera de enganche es "sirve por lo que vales no por lo que eres"Así que para valer más caes en la tentación de lo que pasa por tus manos y te lo quedas, y sino fuerzas para que pase por donde tu andas. Claro que esto solo sirve para los que están cerca del circuito, los demás miramos. La .única cura que tiene es la educación y la vergüenza consustancial con el conocimiento.