La política funciona, a nivel social,
como la física cuántica. Ambas se muestran antiintuitivas en
muchos aspectos. Así, por ejemplo, la teoría de Planck propone que
un rayo de luz que se percibe como continuo, está compuesto por
partículas diferenciadas “cuantos”
que se asocian para definir el conjunto. Sabido es que el ojo humano
no tiene capacidad para discernir el entramado de la realidad
elemental que es inasumible para la evidencia. Los físicos llevan
siglo y pico desarrollando modelos con los que explicar los fenómenos
que subyacen en los procesos de la materia, desde la radiación
electromagnética a la gravedad. Es posible que lo que ahora se
considera fundamental sea dentro de unos años tan imaginativo como
la hipótesis del éter envolvente. Lo que está claro es que no se
ha encontrado ningún sistema que funcione de manera independiente
sin respetar el orden de la naturaleza.
La sociedad resulta de la interacción
entre individuos que, al ser incapaces de existir de manera autónoma,
están obligados a rendir su independencia a la supervivencia, de
ellos mismos y de la especie. Los políticos llevan milenios ideando
leyes para alcanzar la armonía en un
quehacer colectivo que resulta bastante más relativista que el
monótono funcionamiento de la materia. Los individuos, como los
fotones, son algo porque forman parte de algo y, como las partículas
elementales, son incapaces de desarrollarse sin la cooperación entre
semejantes.
En la antigüedad la vejez se veneraba
por su escasez. Se la miraba con respeto porque guardaba la
tradición. Llegar a viejo era insólito y, además, como no existía
internet, su experiencia y sabiduría podía ser útil. Hoy día, si
no fuera por la pensión que sostiene a tantas familias, los viejos
serían una carga inasumible. Con la pirámide de población
invertida, la improductividad de las clases pasivas no es congruente
con un mundo que piensa que el crecimiento es la única razón del
vivir, a no ser que se considere su valor electoral.
Se podría pensar que la democracia
virtual, a la que está jugando Podemos, es una oportunidad para
mayores que, además de estar interesados en política, tengan
habilidad para el manejo informático. Aportarían pausa, experiencia
y saber acerca de las mimbres que cohesionan la sociedad y ofrecerían
propuestas para el buen funcionamiento de la misma. Pero la edad no
correlaciona con el talento, así que lo que no se haya hecho de
joven no se va hacer de viejo, si se exceptúa morirse. Es posible
que de esa franja social solo se espere el voto.
A pesar de todo,
la vejez sigue dando la imagen de seriedad que necesita todo proyecto
político y los teóricos han apreciado lo práctico que puede ser
llevar un anciano en el cartel, como en otro tiempo la beatería
alardeaba de sentar a un pobre a la mesa. Uno de los conceptos más
intrigantes, a la vez que más sensatos, que plantea la teoría
cuántica es el de incertidumbre, como si hubieran hecho falta tres
milenios de racionalismo para darse cuenta de que el tiempo marca un
límite del que si mal se conoce el pasado, nada se sabe del futuro.
Quizás la aritmética electoral precise ahora
veteranos, más por necesidad que por virtud, obligada a
respetar las canas y despreciar a quien las porta.
La pregunta iba en serio. A día de
hoy me planteo votar a Podemos, además de eso: ¿hay que apuntarse
en uno de sus círculos concéntricos?
CIRANO

Sabes Cirano que existe un dicho popular" al puerto ha llegado un barco cargado de colores " para que cada cual coja el que más le guste.
ResponderEliminarOtra cuestión es saber si acertamos con nuestra elección.
Ni todo lo antiguo es desechable, ni todo lo nuevo aceptable. Yo prefiero continuar con mi color ( I U ).
Por su historía, dedicación y lucha. Un saludo de Camaño.
Yo creo que también voy a votar a IU por lo que dice Camaño, pero lo nuevo (sea o no mejor que los antiguo) es lo que se impone: los hijos lo harán sobre los padres (así que no hay por qué matar al padre como decía Freud, él se morirá por su cuenta), las nuevas tecnología a las viejas, las modas, las ideas: es ley de vida. Quizás el pecado de IU haya sido no saber renovarse, no saber adaptarse a lo nuevo y lo nuevo va a matar a esa vieja formación. Salud y República.
ResponderEliminarExiste algo en la historia que mancha y enturbia el deseo de mantenerlo (IU) y también existe algo que atrae el deseo de votar a Podemos. ¿Porque lo hemos condenado antes de que sepamos de lo que va? Bien es verdad que somos viejos y los viejos nos gusta arriesgar poco, pero después de tanto mamonéo se debe castigar a los que lo han hecho mal y a los que nos han amputado la esperanza de que se podía hablar de política respetando a los ciudadanos. Yo recelo de que le tengan tanta inquina a la generación que nos seguirá, se merecen la oportunidad de luchar por su futuro.
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