Quienes fuimos educados y encelados en la fe católica, sabemos que
la liturgia, la doctrina y casi todo el dogma de esa religión se encamina a la
represión y a la recreación en la culpa, en el castigo y en la sangre. Los
fieles a esos principios comulgan con una visón pesimista de la vidain haclachrimarum valle. A pesar de que
la teoría de la evolución ha cumplido ciento cincuenta años y de que la ciencia
ha desmontado las principales creencias, defendidas como infalibles, la derecha
española se sigue apoyando en dogmas tan caducos como el de la virginidad o el
de la transfiguración. Patrañas sin fundamento que ofuscan más que aclaran y
que, a pesar de los tiempos, siguen confundiendo la buena fe de muchos. Desde
una ideología cuya música más socorrida es el repique monótono de campanas,
poca novedad se puede ofrecer a los feligreses votantes.
Pero mantenerse en el inmovilismo ideológico no parece entrar en
contradicción con la adhesión a las más modernas técnicas de robo, extorsión o
engaño. Al contrario, respaldados en creencias que aseguran el bien eterno con
solo arrepentirse de boquilla llegado el caso, gozan de la más amplia libertad
de conciencia para agradar al dios de sus amores robando al Estado que, por lo
visto, no entra en la categoría de prójimo al que se comprometen a amar como
así mismo. Como el únicoauditor del creyente es el dios de sus entretelas, los
abusos patrimoniales no son asunto delictivo, ni mucho menos, tema de
arrepentimiento.
Lo peor de todo es que en este país, ese sentimiento que no obliga
ni implica responsabilidad, es un peso muerto que se imbrica por todos los
estratos sociales y supone una dificultad casi insalvable para cualquier
progreso significativo. En realidad lo que trasciende es la incultura, la
irracionalidad y la pereza intelectual que se inclina por lo malo conocido
antes que por lo bueno por conocer. Es el profundo fatalismo de la superstición
bíblica.
Desde ahí no debe extrañar que el PSOE quiera vender, de manera
subliminar,la imagen de su identidad con el PP y que lo de socialistas es un
lastre del que están deseando desprenderse. No me imagino una discusión entre
Marx y Rockefeller en la que el comunista, en lugar de explicar la lucha de
clases y la injusta distribución de la riquezadel capitalismo, se dedicara a
repetir que él y su oponente son distintos. El que los cerebros del PSOE no
tengan novedad ideológica que ofrecer no quiere decir que no la haya, pero como
se encuentran cómodos en el neoliberalismo y se desenvuelven bien en esta
democracia anodina, lo que les interesa es colocarse del lado pudiente de la
desigualdad, lamentando la suerte de los que les toca el doliente. Eso sí, marcando diferencias estéticas con los que gritan
a los parados ¡qué se jodan!
CIRANO
Pues estamos bien amigo Cirano, he tenido que leer dos veces su articulo para llegar a entender que lo que vale es votar las ideas y olvidarse de los panfletarios que gritan soflamas vacías que desean vender el voto con poco ropaje. Aclarado, ¿no? Pues veremos que se puede hacer porque esos votos están apestados.
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