Iluminado por la misma inspiración práctica que cristalizó en la amnistía fiscal para mafiosos y defraudadores, el ejecutivo prepara una campaña de inseguridad viaria con el fin de activar el mercado del automóvil. Como al padre del hijo pródigo, a este gobierno, le alegra más que un traficante devuelva el 10% de lo defraudado que el resto de ciudadanos tributen a su hora. Por la misma regla de tres vale más una directora general que prefiere las autopistas de peaje, los colegios de pago y la sanidad privada que toda la masa de trabajadores y parados que carecen de ese sentido estético. Esta señora de tan buen gusto que responde al nombre de María Seguí, tiene en mente un programade activación del mercado del automóvil basado en el aumento de la siniestralidad (a más coches destrozados más oportunidad de ventas) y en el ataque a ciclistas y peatones (a menos individuos que se muevan por sus propios medios más uso de coche). Para ello, además de no destinar ni un euro a la mejora de carreteras secundarias, trabaja en el diseño de una campañade concienciación que encabezará el eslogan “Ciclista y peatón la misma mierda son”.
Si Esperanza Aguirre reflexiona sobre las ventajas de la clausura de Parlamentos Autonómicos y del Constitucional, otras mentes del partido aportan ideas sobre el cierre de escuelas y ambulatorios, el escamoteo de la investigación y la supresión del subsidio por desempleo o la pensión de jubilación. Son caletres que no paran de dedicarsu privilegiada mollera a rematar el programa que defendió Rajoy en campaña: el sentido común.
CIRANO

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