MIRADAS A LA ORGANIZACIÓN SANITARIA




Algunas ideas, a zorrombullón, con perdón, sobre las organizaciones:
La metáfora con la que las concebimos determina la actitud del observador, en cualquiera de sus versiones, desde el político, pasando por los mandos al último contrato basuras.
Las metáforas acaban conformando, consolidando recursivamente la visión con que se las contempla, creando, en última instancias, realidades.
Si la organización es vista como una máquina, la veremos mejor o peor engrasada, pero diseñada y dirigida por ellos y para lograr los objetivos de ELLOS.
Si como un ente vivo la contemplaremos adaptándose, aprendiendo, sobreviviendo la mayoría de las veces.
Si con las lentes de poder, la pelea por la más grande porción de la tarta y el verticalismo directo o camuflado nos dominará el panorama.
Si la vemos como un sistema vivo con valores y creencias, es decir un sistema complejo, tendremos que atenernos a sus reglas de juego, entre las que destacaría el alto nivel de autonomía y su resistencia a ser cambiadas desde fuera de los sistemas vivos.
Si nos ponemos al día y las vemos como redes de información autogéneticas, de entrada se nos puede ir la olla… o no, si las entendemos como constituida por personas que necesitan darle sentido a lo que hacen y sentirse partícipes de un proyecto común que les concede identidad, dignidad, a parte , claro, de comer. Es decir, formando parte de una “comunidad de prácticas” que siente como propios y compartidos con los demás los objetivos. Para ello necesitamos optimizar las personas por encima de la productividad. Amen.

BIRLIBIRLOQUE  Enero 2012

2 comentarios:

  1. TRES METÁFORAS

    Dios tomó barro para moldear al hombre sabiendo que se convertiría en polvo. Para empezar, el escribano olvida la identificación de la tierra con la hembra, algo que los primitivos habían intuido. Tampoco estuvo inspirado en hacer un dios alfarero a imitación del homo Faber, creador de seres blandos, sin cochura, contaminados, merecedores de castigo. Por una desgracia planetaria aquella conjetura animó a los jefes de tribu a esgrimir, junto al tradicional palo, el castigo divino. Podría haber sido de otra laya pero resultó rencorosa y punitiva la nueva ley: el verbo.

    Achacar el éxito o el fracaso a la suerte es no decir nada. Claro está que la vida es un juego donde el azar apuesta, pero con eso hay que contar como con el aire que se respira. Si uno se hunde en un pozo no debe quejarse de que el agua no le deje respirar, tiene que manotear para salir a flote. Desde el fondo no hay que pretender volar, hay que subir primero a la superficie; pero el sueño es cosa del viento.

    Lo que abrió la evolución rápida de la especie fue el lenguaje. Con la comunicación se multiplicó la capacidad de avanzar. El intercambio de información es un estímulo para el progreso. La humanidad acaba de dar un paso sorprendente con la globalización de la comunicación: todos con todos. Las posibilidades son infinitas. Lo que va a surgir de este intercambio es imprevisible. Lo noble sería que todos contaran todo lo que saben para provecho de todos, pero lo que viaja por la red transporta más ruido que sustancia. El tráfico de información chabacana no dejará de tener sus efectos. Santiago Individuo decía que cuando se pisa un excremento nunca se habla de que el excremento se haya manchado de zapato, sino el zapato de merde.

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  2. Sí, amigo Cirano. Todo esto es verdad, pero tambien lo es que si a Santiago Individuo le hubieran inculcado ab origine, desde un discurso hegemónico establecido que el excremento se ha manchado de zapato estaria ahora repitiendolo. Ahí está el efecto poderoso de los discursos tecnico-racionales, tan fecundos por cierto en mil campos, que, al rechazar unas briznilla de imaginacion, en otros campos se quedan cortos.

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