Estando un día Santiago Individuo escribiendo sobre una mesa que daba a un amplio ventanal, se acercó un pájaro verde que haciendo intentos para atravesar el cristal mostraba una pequeña piedra que tenía sostenida por el pico. El, abrió la ventana y el pájaro entró con síntomas de cansancio. Dejó caer la piedra sobre la mesa y cuando hubo descansado se desabrochó con el pico una especie de bolsillo que tenía en el pecho y sacó un pequeño papel enrollado. Se lo tendió a Santiago Individuo que permanecía inmóvil y mudo de asombro. Alargó el brazo para acariciar al pájaro antes de recoger el papel con el siguiente mensaje: Te hago llegar esta pequeña piedra sacada de la primera muralla que rodeó a la primera ciudad de la tierra Hur, acostada sobre el río de oro Eúfrates. Mientras lleves la piedra contigo no te sucederá nada de lo que no te deba suceder y encontrarás siempre el camino más adecuado para avanzar por el laberinto de la vida. Si la pierdes será en una travesía y tu suerte cambiará. Como verás la piedra está partida; la otra mitad se encuentra engarzada en un anillo que reconocerás en cuanto lo veas. Si lo llevara un hombre, lo debes matar, si lo lleva un anciano te acercarás a él y le pedirás consejo porque lo que te diga te servirá mucho en el futuro, pero si lo lleva una mujer la debes seguir hasta una casa con siete puertas. Si entra por la primera es que quiere engañarte, si lo hace por la segunda es que no le interesas, si se dirige a la tercera es que te quiere poner a prueba, si lo hace por la cuarta es que desconfía de ti, si abre la puerta número cinco es que duda lo que tiene que hacer porque la intimidas, si se para en la puerta seis es que está inquieta porque le falta decisión y finalmente si entrara por la puerta siete síguela y enséñale la piedra nada más atravesar el umbral. Ella se quitará un cinturón de piel de serpiente con el que te rodeará, tu abrirás la mano y recogerás unas gotas de sudor que le brotarán de su sien izquierda, te llevarás la punta de los dedos a la boca y libarás el sabor marino de su pelo. La primera gota te sabrá a azahar del naranjo que crece en un patio de mazeries que verás desde el salón en que te encuentras, la segunda gota será de rocío porque ha soñado contigo y te buscó en el balcón al amanecer, la tercera te dejará un silencio de sal en la lengua y conocerás entonces el sabor de su cuerpo. Apóyate en una columna y la contemplas, será tuya si no enloqueces. Abandonará chales como una flor que abre sus delicados pétalos mostrando surcos suaves y caricias resumidas, pero no la podrás tocar hasta que no descubras los tres enigmas que te planteará. Cuando te pregunte ¿quién mira a través de la sangre?, le contestas que la envidia. Cuando te diga ¿qué caballo se monta al revés?, le dices que la esperanza y si te pregunta ¿cual es la puerta que se abre sin llave?, le señalas la que da paso a la vida. Déjale escrito un poema para que sepa quien eres.
Santiago Individuo sin saber a que atenerse escribió: Sobre mis ruinas, como una barca herida al borde de un camino, se esculpirá tu nombre. Por cielos donde el suspiro asciende como una hoja que se le rinde al viento, estaremos quizás entretenidos mientras dure el recuerdo.
14 DE SEPTIEMBRE 2010
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