EL JUEZ DE LA DISCORDIA

YO ACUSO (el golpe)

El procesamiento del juez Garzón, además de indignación, lo que me produce es miedo. Miedo a la buena fe de los justos, porque de lo que no hay duda es de que el juez que procesa, lo hace de buena fe. Miedo a que un policía de buena fe me detenga, miedo a que un compañero de buena fe me denuncie, miedo a que políticos que esnifaban polvo de ladrillo de buena fe busquen otros alicientes. En definitiva, retornan todos los miedos de la dictadura, miedo a la incompetencia, a la prepotencia del creyente, a la arrogancia del que está en posesión de la verdad, al impudor del que calla, a la envidia hacia el diferente. Me da miedo de la incultura, del uso armado de la política, del consenso con el que se eligen los órganos de gobierno de los jueces, de los beatos.
La contundencia con la que procede el juez Varela tiene que venir de la seguridad de que no está contaminado por ninguna ideología, ni sometido a presión política, ni movido por pasión alguna como rivalidad, envidia, vanidad; que su análisis es correcto, que el procedimiento es impecable, que su imparcialidad no ofrece dudas, que no le mueve el escozor de la venganza, ni la revancha, ni el deseo de acabar con el protagonismo de un juez estrella. Que su actuación redundará en beneficio de la justicia, de la democracia, de la sociedad. Que no perjudica a los descendientes de las víctimas de la dictadura, que la rapidez de sus actuaciones son las normales en su caso, que esa es la diligencia con que ejecuta todos sus procesos, que nadie, ni la prensa internacional, ni el clamor de la calle, ni la trayectoria del acusado, ni la opinión de juristas de reconocido prestigio tienen nada que reprocharle porque ha actuado con absoluta justicia. Todo eso se da por sentado, pero esta causa me produce miedo, sobre todo, porque el pleno del poder judicial lo avala por unanimidad.
CIRANO
GARZONAZO
Quizás ha sido uno de los temas que he meditado con mayor cuidado, porque el proceso del Juez Garzón me ha producido inquietud, desasosiego y confusión. Ya he leído de todo, los de a favor, los que están en contra, los que era buen juez y los que dicen que cometía muchos errores, un sinfín de comentarios e interpretaciones que produce lo de otras veces, unos a favor y otros en contra, como siempre en este país; pero nada de una opinión seria y bien fundamentada. No aspiro a dar luz en este tema, si plantear inquietud en nuestros lectores, y si para mi descargar en ellos algo de la tensión que me ha producido este asunto.
En primer lugar sería un atrevimiento juzgar al profesional, ya se han encargado otros, y además somos bastante legos en la interpretación de normas y leyes que forman una jungla de imposible interpretación. Pero ignoraba que las disparidades sean tan graves que lleguen hasta las manos, o si no véase las diligencias las celeridades que se han tomados. Si es bueno que a los profesionales de la Justicia no se les permita que tomen la justicia por su mano y pongan en marcha asuntos que están por ser superados. ¿Pero estaban superados por la ley de la Memoria Histórica? ¿Qué me dicen de la ley de la amnistía? Por favor, no insulten a los españoles que sufrieron persecución y muerte, ni incluso a los que sufrimos persecución e ignorancia, jamás se lo perdonaremos.
En segundo lugar no queremos que la historia de España quede amputada por la ausencia de las partes, que se respete todos los que fueron, y que se les de el reconocimiento de que fueron grandes ciudadanos españoles que lucharon por la Justicia de un Estado que pocos juristas supieron defender.
Por último, es sospechoso que casi todos los estamentos del Poder Judicial estén de acuerdo en acusar al Juez Garzón, cuando el corporativismo es moneda común en este gremio, y que solo aisladamente algunos compañeros le defienden desde las perspectivas profesional y personal. Algo ha pasado para que despierte tanta inquina y miedo, demasiados intereses de que no aparezcan verdades que este sufrido pueblo y su historia se merece. ¿Por cierto si está suspendido, porqué se reúnen y dictan que se le autoriza su traslado al tribunal de la Haya? ¿No es su derecho?
INDALECIO